jueves, 8 de mayo de 2008

Informe de la Comisión: Tobalaba continuará operando, pero con restricciones.

Por Ricardo J. Delpiano.

Finalmente luego de más de 60 días de espera, la Comisión creada para estudiar la situación del aeródromo de Tobalaba, entregó sus conclusiones repectivas y las medidas a tomar en el corto plazo-mediano plazo. Tal como fuera anticipado hace aproximadamente un mes a través de un pre informe dado a conocer a la prensa- y publicado por el diario oficialista La Nación- se determinó la continuidad del aeródromo, debido a que las instalaciones cumple con toda la normativa aeronáutica vigente tanto chilena (DGAC), como internacional (OACI), pero con una restricción de las operaciones.

De acuerdo con lo que señala el documento, las principales conclusiones de la Comisión establecen que:

1. El número de operaciones que se realizan en el Aeródromo ha aumentado significativamente a partir del 2000. Se constata la necesidad de regular y contener dicha tendencia.

2. Producto de un levantamiento de información, referido al tipo de operaciones de vuelo, operadores y aeronaves, se concluye que existen algunas de ellas, que no siendo prioritarias, debiesen ubicarse en un aeródromo alternativo.

3. Debido a su condición de aeródromo civil privado, habilitado como público, la DGAC cumple el rol de administrador de las áreas públicas y de fiscalizador de las operaciones de vuelo y de mantenimiento. Con todo, la administración de las áreas privadas, cuya competencia es de los clubes aéreos, exhibe insuficiencias en la regulación del funcionamiento de empresas privadas que operan al interior de sus dependencias.

4. Se verifica el rol que cumplen las escuelas de vuelo privadas en orden a la formación de pilotos para la aviación privada/comercial. No obstante, en relación a estas escuelas de vuelo, se advierten obstáculos en el ejercicio de la administración del Aeródromo que dificultan la correcta regulación de la actividad de instrucción que efectúan aquellas.

5. Se evidencia que algunas escuelas de vuelo, pese al impedimento reglamentario para realizar actividades de instrucción en el Aeródromo –según lo dispuesto en los contratos de arrendamiento- no cumplen con la cláusula específica establecida en dichos instrumentos. Esta situación ha detonado la ejecución de acciones legales por parte de los Clubes propietarios en contra de las mencionadas escuelas de vuelo.

6. La revisión de la normativa urbana vigente explicita que existen restricciones de altura definidas por las “zonas de protección”, compatible con los diferentes instrumentos de planificación urbana metropolitano y comunales. Con todo, esta normativa requiere de una revisión actualizada en función del nuevo contexto urbano en que se emplaza el Aeródromo, a fin de conciliar ambas realidades. Dicha tarea excede los plazos de trabajo de esta Comisión, debido a que la modificación de los instrumentos de planificación urbana conlleva un proceso de aprobación de al menos un año.
7. Respecto a alternativas de localización para un Aeródromo Corporativo Metropolitano, complementario a Arturo Merino Benítez, existe un proceso de análisis y estudio a cargo de la Dirección de Aeropuertos del MOP y DGAC. Esta Comisión concluyó pertinente que el análisis técnico y propuesta de emplazamientos es resorte de dichas instituciones. La posibilidad de habilitar una franja del Aeródromo Los Cerrillos, donde aún opera el grupo # 09 FACH, como alternativa para localizar transitoriamente las operaciones comerciales o corporativas, fue propuesta por la Federación Aérea de Chile y discutida en la Comisión, acordando que la decisión está fuera de sus competencias y alcances.

8. En virtud del proceso de participación ciudadana y del análisis realizado por la Comisión, una clara mayoría estimó que no es recomendable el cierre definitivo del Aeródromo Tobalaba. Lo anterior, por cuanto desde el terminal aéreo se efectúan vuelos que prestan un claro servicio a la comunidad, cumple con la normativa urbana y aeronáutica vigente y porque la actual infraestructura aeroportuaria de la región es incapaz de absorber el número total de operaciones que allí se realizan.

9. El proceso de participación ciudadana permitió constatar la preocupación de la población sobre la antigüedad del parque de aeronaves existentes en Tobalaba. Al respecto, conviene precisar que la situación de los aviones y helicópteros no es comparable con la del transporte terrestre, ya que los primeros poseen revisiones técnicas periódicas que incluyen el recambio total de partes y piezas, que están sujetas a un número preestablecido de horas de vuelo. De esta manera, un avión con más de veinte años de funcionamiento podría tener todos sus componentes nuevos, o al menos en las mismas condiciones operativas y de mantenimiento que un avión nuevo.

10. Hasta que se pongan en práctica las sugerencias propuestas por la Comisión, la Administración del Aeródromo de Tobalaba se compromete a tomar las medidas conducentes a reducir el número de operaciones. Adicionalmente, la Administración del Aeródromo de Tobalaba adoptará otras disposiciones orientadas a reforzar la seguridad de la ciudadanía que habita alrededor del Aeródromo, tales como evitar el sobrevuelo en zonas pobladas, despegues con bajo nivel de ruido, entre otras.
11. La Comisión estima que con la implementación del total de medidas propuestas se reducirá aproximadamente un 37% de las operaciones que actualmente se realizan en el Aeródromo. Es decir, de las 75 mil operaciones registradas durante 2007, se alcanzaría una cifra cercana a las 50 mil. Esta reducción no necesariamente implica una disminución lineal del riesgo, puesto que las operaciones que se sugieren sean relocalizadas poseen un índice de riesgo mayor. Por tanto, la reducción real del riesgo sería mayor al 37% descrito anteriormente. Respecto al techo de 50 mil operaciones anuales, la Administración del Aeródromo y el Club Aéreo de Santiago, declaran que la erradicación de las actividades de instrucción generará un proceso de migración paulatino de las empresas de mantenimiento aéreo, por lo tanto, consideran que será posible mantener el número de operaciones bajo esta cifra durante los próximos años.

De lo anterior, se puede desprender que fueron desechados los principales argumentos de quiénes estaban a favor del cierre por considerar inseguras las operaciones y ubicación del aeródromo, tesis sostenida por las autoridades municipales y los habitantes de los alrededores. Por otro lado, si bien la comisión reconoce el aumento de las operaciones aéreas en Tobalaba en los últimos años, no reconoce que una cuota importante de éstas fueron debido al cierre forzado del Aeropuerto de Los Cerrillos, promovido por el anterior gobierno de Ricardo Lagos y avalado por la actual administración Bachelet.

Como consecuencia, la Comisión establece una propuesta consistente en un paquete de medidas para ejecutar en forma inmediata, el corto y mediano plazo, con el objetivo de aumentar las medidas de seguridad de los vuelos que se realizan, así como también su disminución.

Medidas para ejecución inmediata.

1. Prohibir las actividades de instrucción a todas las empresas comerciales que operan en el Aeródromo Tobalaba.

2. Prohibir las actividades de instrucción básica a los clubes aéreos propietarios (Club Aéreo de Santiago y Club Aéreo del Personal de Carabineros), y a los clubes autorizados por los propietarios (Club Aéreo del Personal de Ejército y Club Aéreo de Investigaciones), salvo aquellas operaciones de ingreso y salida del Aeródromo.

3. Modificar las alturas de tránsito y las rutas de entrada y salida de Tobalaba.

4. Aumentar la presencia en terreno de inspectores de operaciones y aeronavegabilidad.

5. Prohibir el despegue de aeronaves monomotor en dirección Sur - Norte.

6. Limitar el acceso a áreas privadas de aeronaves no autorizadas por los propietarios del Aeródromo.

7. Optimizar el procedimiento que permite eliminar obstáculos ocasionales (árboles, antenas, letreros publicitarios, entre otros) que se ubiquen en la denominada “zona de protección” del Aeródromo.

8. Dotar de mayores elementos de extinción de incendios a la administración del Aeródromo.

9. Mejorar los mecanismos de coordinación en casos de emergencia entre la Administración del Aeródromo, la DGAC y el Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa.

Medidas para ejecución a corto plazo (entre 6 meses y 1 año de aquí en adelante).

1. Exigir obligatoriamente el Seguro de Responsabilidad Civil contra Terceros a todas las aeronaves que operen en Tobalaba, condición que actualmente cumplen sólo los Clubes propietarios y algunos usuarios por decisión propia.

2. Construir un nuevo aeródromo1, de propiedad fiscal y de uso público, para la aviación general y deportiva (aeronaves con menos de 5.700 kilos) cuyo objetivo sea reducir las operaciones del Aeródromo Tobalaba.

3. Establecer restricciones adicionales a los contratos de arrendamiento entre propietarios y usuarios del Aeródromo.

Medidas a mediano plazo (1 a 3 años).

1. Habilitar una pista alternativa de emergencia en el costado Oriente de la pista actual.

2. Construir un nuevo aeródromo, de propiedad fiscal y de uso público, para la aviación corporativa, fundamentalmente para aeronaves sobre 5.700 kilos.

3. Prohibir las operaciones de aeronaves de peso superior a 5.700 kilos en el Aeródromo Tobalaba.

4. Revocar las autorizaciones a las empresas aéreas comerciales para operar en el Aeródromo Tobalaba (condicionada a la aplicación de la medida 11).

5. Estudiar la factibilidad de habilitar zonas de aterrizajes de emergencia hacia el Sur del Aeródromo Tobalaba.

6. Establecer en los Instrumentos de Planificación Territorial, Metropolitano y/o comunales, zonas de protección independientes de las establecidas por la reglamentación aeronáutica, que puedan contemplar nuevas condiciones urbanísticas que apunten a resguardar la seguridad de la población.

Por otro lado, la Comisión también analizó la actual infraestructura aeroportuaria de la ciudad de Santiago, con el fin de definir los criterios para mejorar las actuales pistas y aeródromos, con el fin de que éstos puedan absorver parte de las operaciones de Tobalaba que se han visto restringidas, como sucede con los vuelos de instrucción. Entre las alternativas consideradas están los aeródromos de Curacaví, La Victoria de Chacabuco y la antigua Base Aérea de Colina, además de un sector en la localidad de Peldehue. Esta última fue la opción que reúne un mayor consenso para la construcción de un futuro aeródromo, dado que se encuentra alejado de centros urbanos consolidados que pudieran verse afectados. De acuerdo a la Comisión, la construcción de este nuevo aeródromo ampliaría la actual oferta de infraestructura aeroportuaria de la capital y constituye una propuesta coherente con lo dispuesto por el Plan Regulador Metropolitano de Santiago.

Las conclusiones de la comisión, dadas a conocer en el día de ayer, han permitido dar un respiro y a disminuir los temores que existían ante la posibilidad de un cierre de Tobalaba, especialmente luego de las declaraciones de algunas autoridades que hacían recordar a la comunidad aérea lo sucedido años atrás con el cierre de Cerrillos. Pese a las restricciones, los resultados de la comisión debieran traducirse en un mejoramiento de la actual instalación aérea, en favor de la seguridad de las operaciones; asímismo refuerza la línea adoptada por el Estado de Chile en materia de desarrollo de un transporte aéreo sustentable, el cual incluye un plan de acción para dotar la actual red aeroportuaria de un concepto verde e integracionista, como parte inherente de la ciudad.

Para la población y autoridades políticas, lo sucedido en los últimos meses respecto al Aeródromo de Tobalaba, debe invitar a una reflexión profunda acerca de la importancia que posee hoy en día la aviación y los aeropuertos para el desarrollo de un país, dejando de lado la estrecha visión que la actividad está relegada a unos pocos, como muchas veces se quiere hacer parecer. Así como hemos mencionado en retieradas oportunidades, por más de 30 años Chile ha venido avanzando por la línea correcta en materia aeronáutica, la cual nos ha puesto como líderes a nivel mundial, lo que nos obliga a mantener un línea seria de cara al futuro, pues caso contrario todo el esfuerzo y trabajo conseguido en décadas habrá resultado en vano, afectando nuestro compromiso con el resto de los países, pero más que nada con nosotros mismos.
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