Por Ricardo J. Delpiano
Firma del convenio. Foto: MOP |
El convenio fue firmado por el ministro (s) de Obras Públicas, Lucas Palacios Covarrubias; y el director general de Aeronáutica Civil, General de Brigada Aérea (A) Rolando Mercado Zamora, quienes coincidieron en “haber realizado un trabajo coordinando y permanente, en conjunto con el Ministerio de Hacienda”, con el fin de atraer inversiones de alto nivel pero a mismo salvaguardar los intereses del Estado y asegurar los recursos de la DGAC en el sistema aeronáutico nacional, además de velar por la seguridad en la aviación dentro del país.
Para Palacios, este mandato representa el primer paso para sacar adelante el proyecto de licitación del aeropuerto de Santiago. "Hemos establecido un modelo de negocio que nos ha permitido incorporar lo mejor de la experiencia aeroportuaria internacional para contar con una infraestructura y operación de primer nivel y a la vanguardia mundial”, dijo en el comunicado oficial.
Por su parte, el director de Aeronáutica expresó: “Queremos seguir trabajando para sacar adelante este importante proyecto del terminal aéreo de Santiago y trabajando coordinada y colaborativamente con el Ministerio de Obras Públicas, en pos del desarrollo de la infraestructura aeronáutica y de la integración de todo el sistema aeroportuario nacional, sin perder de vista uno de los activos más importante que es la seguridad de las operaciones aéreas en el país”.
Los pasos siguientes son trabajar en las bases de licitación para ingresar el documento a la Contraloría de la República, de manera tal, de avanzar con la licitación del aeropuerto durante las próximas semanas.
Sala de arribos A.M.B. en febrero 2014. Foto: Ricardo J. Delpiano |
En diciembre, Gobierno y DGAC mostraron sus diferencias por el modelo de concesión a aplicar con la nueva licitación de Arturo Merino Benítez. La administración de Piñera proponía entregar a la sociedad concesionaria la recolección de los ingresos por servicios aeroportuarios, incluyendo a las tasas de embarque, sacando esa facultad a la DGAC. Un modelo de concesión similar al que se aplica en varios aeropuertos del mundo que busca separar funciones entre autoridad aérea y la sociedad que administra el terminal. Sin embargo en la región ha generado críticas por parte la industria de la aviación por la forma y tiempo en que los Estados entregan la concesión de los aeropuertos.
Por su parte, la Autoridad Aérea defendía el actual modelo ya que en caso de aplicarse la nueva propuesta, la obligaría a buscar otras alternativas de financiamiento en el Estado, dependiendo de la asignación de fondos que la Dirección de Presupuestos asigne cada año como ocurre con el resto de entidades públicas. Según la cuenta pública de la DGAC, de los ingresos totales devengados, más del 90% corresponde a ingresos operacionales, de los cuales el 70% proviene del cobro de la tasa de embarque a los pasajeros, el 22% de las tasas aeronáuticas y el 5% de las concesiones. Considerando que el aeropuerto de Santiago es el mayor movimiento del país, este sostiene gran parte del sistema aeronáutico nacional.
Hasta hoy el modelo chileno, los concesionarios –como en el caso del aeropuerto de Santiago- financian sus operaciones mediante ingresos no aeronáuticos, lo que permite combinar altos estándares del servicio con bajos incentivos a recargar los costos a las aerolíneas y usuarios de los aeropuertos. La aplicación de este mecanismo de negocios ha sido catalogada de concordante con la realidad del transporte aéreo y le ha entregado al país, la admiración internacional.
La re licitación del aeropuerto de Santiago se ha visto complicada en los últimos años por una serie de demoras que han retrasado los planes de expansión que hasta la fecha, no tienen adjudicado un nuevo administrador. Mientras tanto el tráfico aéreo continúa aumentando y la reorganización de la aviación mundial, más la aplicación de nuevos modelos de negocios por parte de las aerolíneas, hacen que nuevos operadores lleguen al país y que más personas utilicen el avión como medio de transporte.
Con más de 15.312.649 pasajeros movilizados en 2013, Arturo Merino Benítez se acerca rápidamente a la capacidad proyectada 16 millones de pasajeros que debe soportar la infraestructura del aeropuerto con la Fase I actualmente en ejecución.
A pesar de que es uno de sus objetivos en materia de obras públicas, administración de Sebastián Piñera ha buscado sin éxito avanzar en la licitación del aeropuerto de Santiago, luego de que esta quedara pendiente al final del primer Gobierno de Michelle Bachelet. Un cambio en las prioridades del país tras el terremoto de 2010 y una extensa negociación de casi dos años entre la concesionaria actual y el Gobierno que culminó con un acuerdo en 2012 para comenzar obras (Fase I) en 2013, han prolongado el llamado de licitación.
Ministra Silva en la presentación del proyecto. Foto: MOP |
A poco más de un mes de que Sebastián Piñera entregue el mando, los tiempos corren en contra para su gestión, especialmente en lo que a obras públicas se refiere. Si bien se espera que las bases de licitación sean ingresadas en los próximos días, se complica que la licitación misma y la adjudicación de las obras se efectúen antes del 11 de marzo.
Según consigna Diario Financiero en su edición impresa del 5 y 6 de febrero, “se estima que en un plazo de un mes éstas (las bases) podrían estar aprobadas, por lo que el llamado a licitación se realizaría antes de que termine el primer trimestre”.
2 comentarios:
Que manera de atrasarse las obras! Al parecer habría que esperar ahora al gobierno de Bachelet y ojala no haga una comisión para volver a evaluar lo que se ha hecho (si es que se ha hecho algo).
Creo que el gobierno de Piñera dejó una enorme deuda con los aeropuertos.
La dirección general de aeronáutica civi, para los civiles. Punto.
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