Por Ricardo J. Delpiano
A340-300 de South African Airways. Foto: Alejandro Ruiz |
El próximo 28 de marzo se realizará el último vuelo de South African Airways a Buenos Aires, tras cinco años de nueva operación y que pone fin a los enlaces aéreos desde Sudáfrica hacia Argentina y con ello a todo el cono sur americano.
El retiro de la aerolínea se enmarca dentro del plan de reestructuración operacional mediante el cual se busca revertir los millonarios pasivos que posee hoy la firma. La nueva estrategia contempla un enfoque en los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), dado el interés de Sudáfrica de mejorar su posición política-comercial dentro del bloque. El plan ha sido fuertemente cuestionado, ya que para muchos está sustentado en intereses políticos y no comerciales que favorezcan la operación de la aerolínea.
Fuentes ligadas a la aerolínea, aseguran que operación a Buenos Aires estaba en auge en contraposición a otras rutas, como Beijing o Sao Paulo. Hacia fines de 2013, la facturación en Buenos Aires era “considerada sin precedentes”, tendencia que venía a reafirmar la positiva evolución obtenida en 2012 cuando la compañía estuvo cerca de alcanzar el punto de equilibrio de la operación. El aumento en la oferta de asientos, pasando del Airbus A340-200 al A340-300 y en ciertas ocasiones incluso al A340-600, constituye ejemplos del aumento de la demanda.
Pese al mejor desempeño, la decisión está tomada y South African Airways despegará por última vez desde Ezeiza el próximo 28 de marzo. A partir de ese día, Sao Paulo quedará como único destino de la compañía en Sudamérica, a través del cual buscará canalizar todo el tráfico que genere la región.
Para tal efecto, South African Airways firmó en septiembre de 2013 un acuerdo de código compartido con TAM, mediante los pasajeros de la primera tienen un acceso directo a nueves ciudades brasileras, mientras que los de la segunda acceden a las principales ciudades de Sudáfrica. South African Airways posee también un SPA con TAM para rutas regionales.
Actualmente, la aerolínea sudafricana vuela 11 veces por semana en la ruta Johannesburgo – Sao Paulo Guarulhos con A330-200 y A340-300. Pese a la amplia cantidad de frecuencias, la operación es deficiente y necesita ser mejorada en el corto plazo.
Aeropuerto Guarulhos de Sao Paulo. Foto: E. Moura |
South African Airways confía en que sus alianzas ayudarán a mejorar los números, aportando más pasajeros a la ruta. Para ello requiere de una red alimentadora que por ahora está a cargo de TAM, pero que a juicios de la compañía sudafricana pareciera no ser suficiente, por lo que se estaría considerando también a otras aerolíneas de la región.
Aerolíneas Argentinas sería una de las empresas con la que South African Airways estaría negociando las nuevas alianzas, primero a través de un SPA (Special pro rate agreement, por sus siglas en inglés) para la ruta Buenos Aires – Sao Paulo y así alimentar la operación a Johannesburgo. De prosperar un acuerdo con la estatal argentina podría abrir la puerta a tramos domésticos o evolucionar hacia un futuro código compartido.
Actualmente, Aerolíneas Argentinas posee hasta cinco vuelos diarios entre Buenos Aires y Sao Paulo (cuatro desde Aeroparque y uno desde Ezeiza). Si bien su oferta es inferior a la de TAM, el potencial de alimentar vuelos y proporcionar enlaces hacia el interior de Argentina, generan un componente interesante. Sin embargo a nivel de región, la alianza con la compañía brasilera posee atractivos más favorables por el tamaño de la red, especialmente ahora que es parte del Grupo LATAM Airlines.
Por ahora se desconoce si otras aerolíneas están en consideración por parte de la compañía africana en Sudamérica.
A nivel general, South African Airways busca cerrar una serie de acuerdos de código compartido para extender su red sin tener que invertir en nuevos aviones o en la necesidad de abrir rutas, al mismo tiempo que alimenta su actual red. Para Manoj Papa, ex director comercial de South African Airways, “las alianzas son inherentes y cruciales para la gestión moderna de las aerolíneas... y los movimientos de código compartido, principalmente, son plataformas para explotar el potencial encontrado en las empresas y en los respectivos mercados de actuación".
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