Por Ricardo J. Delpiano - Artículo especial ante emergencia en Valparaíso, abril 2014.
PBY Catalina o Canso 32 en acción. Foto: Air Pegasus |
El incendio en los cerros de Valparaíso que dejó a más de 8.000 damnificados sin hogar según los últimos balances oficiales, vuelve a colocar en debate la falta de inversión y planificación por parte de los organismos de Estado ante el combate de emergencias.
En su constante contribución a la comunidad, la industria de la aviación ofrece en la actualidad múltiples soluciones en cuanto a aviones especialmente diseñados y otros completamente adaptados para el combate de incendios. Los pequeños “Dromader” y Air Tractor AT802, los Canadair CL215/415, PBY5A Catalina o “Canso”, Lockheed C130 o los gigantescos tanqueros Ilyushin Il76, McDonnell Douglas DC-10 Tanker o Boeing 747, son una pequeña muestra de lo que la industria ofrece para atender emergencias.
En el mundo, muchos aviones comerciales a hélice o turbohélice se han transformado como aviones cisterna. También se aprovechan aviones fumigadores de uso agrícola, pero lanzando agua en forma compacta. Todos los aviones cisterna requieren de uno o más estanques interiores, un dispositivo o forma de carga y compuertas para evacuar el líquido.
Por su capacidad de estanque los aviones cisterna se clasifican en livianos, de menos de 1.000 litros de capacidad; medianos, de 1.000 a 5.500 litros; y pesados, más de 6.000 litros. Según la forma de abastecimiento, los aviones cisterna de carga en tierra operan en pistas duras y obligan a contar con infraestructura (aeródromos) apropiados con estanques, bombas y mangueras que permitan cargar la aeronave.
Para combatir los incendios forestales, Chile ha recurrido a los aviones Canso 32 fueron uno de los primeros en ser utilizados con el arriendo de dos equipos a empresas aéreas de Canadá y luego a Estados Unidos. En 1971, la empresa chilena Aeroservicios Parragué S.A. puso en vuelo al primero de sus tres Canso con que CONAF -entidad encargada de combatir los incendios forestales en Chile-, operó hasta 1987.
Posteriormente, modelos de aviones usados en pulverizaciones aéreas en la agricultura, llamados aviones fumigadores, se han adaptado también para combate de incendios forestales. Un helicóptero Sikorsky S58 de la Armada se empleó por primera vez en Chile en diciembre de 1967, cerca de El Belloto (Quilpué), y que posteriormente se utilizó habitualmente.
Según se explica en la Revista Vortexx, en 2006, bajo el primer mandato de Michelle Bachelet, se concretó la adquisición de tres aviones PZL M-18B Dromader con capacidad para 2.100 litros para el combate contra incendios. Estos fueron adquiridos a través del Ministerio de Agricultura por un valor de US$ 1,5 millones. Además, desde 2011 se cuenta con un helicóptero polaco PZL W-3 Sokol con capacidad de carga para 2.000 litros de agua.
A lo largo del año, Chile se ve afectado por un promedio de 4.165 incendios forestales. El incremento de este tipo de emergencias en los últimos años y la falta de planificación urbana en ciertas zonas del país, obligan a las instituciones del Estado a trabajar en nuevas inversiones entre las cuales destaca la adquisición de aviones contra incendios de gran capacidad.
En abril de 2013, se acercaron propuestas a través de la empresa Air Tribe a la Oficina Nacional de Emergencias (ONEMI) dependiente del Ministerio del Interior, para aviones Super PBY Catalina, considerando la experiencia de este avión en el país. La propuesta todavía está en carpeta mientras el incremento de las emergencias ha obligado al país a recurrir aviones de mayores prestaciones como los C130 de la Fuerza Aérea de Brasil utilizados el pasado verano en las zonas centro sur.
Dos aviones destacan
Entre las múltiples opciones que la industria de la aviación ofrece en el combate contra incendios destacan dos aviones: el Super PBY5A Catalina y el Canadair CL215, ambos ampliamente utilizados en distintos países como Canadá, Estados Unidos, España, Francia, Portugal o Italia.
El Super PBY está equipado con dos motores Wright 2600, cada uno generando 1.850 caballos de fuerza. Sus prestaciones permiten despegar en menos de 3.000 pies de pista de tierra y 3.500 pies de camino de agua. Posee una velocidad de crucero de 138 nudos y un techo de servicio en exceso de 18.000 pies, siendo un avión ideal para operar en terrenos montañoso.
La aeronave cuenta con un tanque interna de capacidad de 5.488 litros de agua, retardante o dispersante de petróleo. Sobre agua, el tanque se llena en 10 segundos y su carga se puede tirar en 1,3 a 6 segundos, dependiendo en la preferencia del piloto. Además cuenta con un segundo tanque que se puede usar para guardar un aditivo de represión de fuego que se puede mezclar con agua en el tanque principal. Posee una autonomía de 10 horas para misiones de patrulla de largo radio.
Operación de un Catalina en el combate al fuego. Fuente: Air Pegasus |
El Canadair CL215 es otra aeronave ampliamente utilizada en el combate contra incendios. Fue el primer modelo de una serie de aviones contra incendios construidos por Bombardier. Opera en varios países como Canadá, España, Francia, Italia y Portugal, en emergencias forestales como en vigilancia aduanera, búsqueda y rescate o en la lucha contra derrames de hidrocarburos en el mar.
CL215 en España. Foto: Wikipedia |
A diferencia de los aviones utilizados o adquiridos por Chile, que requieren una cierta infraestructura apropiada para su operación, la experiencia en aviones Canso durante años anteriores y sus prestaciones -como las del CL215-, los convierten en ideales para atender adecuadamente emergencias que se presentan. La emergencia en Valparaíso y las últimas catastrófes ocurridas en el país, generan desafíos y obligaciones que deben ser atendidas por parte del sistema aeronáutico chileno, especialmente en lo que se refiere en mecanismos para la operación de este tipo de aeronaves y en el fomento y cuidado de la red de aeródromos a lo largo del territorio.
9 comentarios:
chile se esta desertificando y las autoridades deben comenzar a pensar que la posibilidad de grandes incendios aumentaron y seguirán creciendo lo cual es urgente aplicar medios de seguridad y material apropiado para estos desastres ; el sistema de extencion aéreo es fundamental y se debe aplicar de forma urgente ; pruebas de la necesidad ya hay suficientes .
Realmente es una vergüenza que la CONAF no escuche a quienes tienen las herramientas para atender la emergencia. Todas las instituciones del Estado manejadas por verdaderos monos que se están por ser apitutados del partido del gobierno de turno.
La FACH por su parte, en vez de tantos F16 y KC135 deberían comprar los CL215 o en su defecto los C130 que tiene de Brasil para estas emergencias.
Es impresentable que en un país que claramente están aumentando los incendios forestales no cuente con los medios adecuados para poder combatirlos. Claramente en el mundo hay disponibilidad de material de primera linea, que se puede utilizar por múltiples formas de arriendos o compras. El estado ya debiera estar tomando cartas en el asunto.
Al anónimo N°2, no sea iluso. ¿O acaso a los MiG-29 y Mirage 2000 le vas a oponer un Canadair 415?. Por favor, no pida seriedad al gobierno si va a escribir cosas risibles, habiendo dicho esto ojalá que de la misma manera en que se ha resguardado bien la soberanía, hacen falta más medios y un Ministerio de Emergencias para enfrentar todo tipo de catástrofes.
Para el último comentario:
Si va hablar de seriedad comience por usted mismo. ¿Sabe qué tal real es la amenaza de una posible guerra que afecte a Chile, más allá de discursos fanáticos y ultranacionalistas?
Nadie está hablando de que en ese supuesto combate se vaya a enfrentar a los Migs y a todos los cazas con aviones para incendios. Son aviones distintos para otro tipo de necesidades, necesidades más frecuentes que tener tres KC135 que sólo hacen vuelos de entrenamiento y que gastan combustible como locos -recordemos que son 707, avión que ya ni siquiera vuela comercialmente-.
El problema es que las personas que toman las decisiones, no son aptas para el cargo y como alguien dijo por ahí son apitutados de alguien o pertenecen al partido del gobierno de turno y si son militares son locos por la guerra. Ni hablar que entre quienes gustan de los aviones, hay muchos rayados de la cabeza que alucinan con los F16, la guerra y creen que Chile es Estados Unidos.
Como dice el primer post, hace mucho tiempo que hay pruebas suficientes para tener ese tipo de aviones. Las autoridades no sé que esperan.
A ver, para opinar hay que saber, y si se opina con tanta soltura, entonces hay que estar bien a caballo del tema; y aquí el anónimo que opina que son todos unos monos apitutados no tiene ni la más remota idea de cómo opera un gobierno ni menos idea tiene de cómo opera el estado. A veces la rabia obnubila (y su lenguaje demuestra rabia), pero le sugeriría callar primero, luego leer, asegurarse de entender lo que leyó, y luego formarse una opinión para luego tener todos los antecedentes para recién poder opinar y no quedar como ignorante.
Para comenzar, la FACH NO PUEDE comprar aviones tipo CANSO porque NO ES PARTE DE SU MISIÓN. De hecho, si la FACH quisiera de pronto ponerse a hacer la pega de la CONAF, ésta podría acusarla constitucionalmente por estar metiéndose donde no le compete; si la FACH está corta de recursos para comprar los aviones que necesita para cumplir con la misión que le ha encomendado el Estado a través de la Constitución, difícilmente va a gastar sus tan escasos recursos en cumplir una misión que no le pertenece.
La CONAF, por otra parte, es una corporación de derecho privado, aunque sea una parte del estado de Chile, pero se rige en forma autónoma, cómo los Bomberos. Los recursos que le otorga el estado son muy limitados. Con suerte pudo comprar tres aviones Dromader (a todas luces insuficientes tanto en número como en capacidades ante incendios mayores) y un solo Sokol W-3A. Aún recuerdo el escándalo relacionado a la compra -no muy inteligente ni menos transparente- del helicóptero, ya que durante varios meses la CONAF ni se había preocupado de tener pilotos ni mecánico ni personal ni infraestructura necesaria para su soporte.
Entonces el tema pasa a ser que el ESTADO no tiene una entidad legal adecuada para contar con una flota equipada y entrenada específicamente para esto. No le compete a la FACH (ni legalmente podría hacerlo aunque quisiera) y la CONAF es una corporación de derecho privado, es decir, el gobierno tampoco le puede decir cómo gastar la plata, ni existe el conocimiento dentro de la misma CONAF para tener una rama dedicada a operar aviones y helicópteros contraincendio.
En los EE.UU. la USAF no participa, ni en Europa tampoco las FF.AA. participan; por ejemplo, en Francia lo hace la Seguridad Civil, una entidad gubernamental que NO pertenece a la Armada del Aire. En los EE.UU. la respectiva ANG (Air National Guard, que responde al gobernador del estado y no al presidente) puede participar, previa activación por orden del gobernador y siempre y cuando las leyes del estado lo permitan. En Rusia, tampoco las FF.AA. tienen por misión el combate de incendios forestales. Lo hace EMERPROM, que es el Ministerio de Emergencias. Ninguno de los países mencionados está precisamente corta de recursos materiales y monetarios, muy distinto de Chile.
Así que primero en Chile debemos hacer las leyes adecuadas para darle una institucionalidad permanente a CONAF que debe contar con recursos y un “misionamiento” adecuado para poder recién contar con los medios humanos y materiales para de allí poder formar, entrenar y establecer un componente de combate de incendios forestales propio. Eso toma mucho tiempo y mucho dinero. Mejor es continuar arrendando aviones y helicópteros, que es, a todas luces, un uso bastante más eficiente de nuestro dinero como contribuyentes. Sólo que debe estar dispuesta a contratar aviones y helicópteros más grandes y para ello, el Gobierno debe asignarle más presupuesto, algo difícil de hacer cuando las necesidades son infinitas y los medios limitados.
Ricardo, te felicito por tu blog, pero caes en algunos errores, aunque no son del todo obvios.
Vamos por parte; cómo mencioné anteriormente, el Estado, a través del gobierno, no tienen entidad fiscal adecuada (CONAF es corporación de derecho privado) por la cual pueda contar con una gran flota de aeronaves de combate de incendios. Medios puntuales tal vez, pero algo mayor se escapa por mucho del alcance de la CONAF.
La FACH; no es parte de su misión: si se quiere incorporar esto como misión de la FACH, deben modificarse leyes e incluso la Constitución, ya que no lo consagra como un rol propio de las FF.AA. Se podría hacer, pero requiere de decisión y quórum político y los medios escasean.
El helicóptero Sokol tiene una carga paga máxima de 2.100kg, pero eso no equivale a poder lanzar 2000lt de agua, por muchos factores: el Bambi-Bucket y equipo asociado tiene un peso no menor. Debe considerarse que para la misión Helitak (llenar el cubo de agua sumergiéndolo en un lago o piscina) requiere de contar con potencia de sobra por el efecto de tensión de superficie del agua (actúa como una succión sobre el cubo) y es por ello que no se puede llenar un cubo que pese lo mismo que la carga paga máxima del helicóptero; podría levantarlo desde tierra, pero no sacarlo del agua. No sé si se entiende. Creo que está más cercano a los 600 a 800 litros en verdad.
Los aviones que propones como destacados están harto lejos de ser el “estado del arte” en el combate de incendios forestales. Los Canadair CL-215 no se fabrican hace años; ahora Bombardier (que compró a Canadair) fabrica los turbohélices CL-415, con muchos mejores prestaciones (15% superiores) y mejores niveles de seguridad. Son aparatos caros de comprar y mantener. Tal vez el aparato más interesante es el Beriev Be-200, turborreactor específicamente diseñado para rescate maritimo, transporte y combate de incedios forestales. Pero obviamente son palabras aún mayores.
El problema es el costo. Por los varios millones de dólares que cuesta cada uno de estos aparatos, podrías establecer una red de grifos y agua más que adecuada para combatir estos siniestros como el que golpeó a Valparaíso. Incluso con una red fija de aspersores de alta capacidad en el perímetro urbano se podrían haber prevenido mucho del daño a las zonas afectadas, todo por una fracción del costo. El problema ha sido la falta de planificación adecuada, no la falta de aviones. Los aviones y helicópteros son para combate de incendios forestales, no urbanos. Que ante una emergencia de esta magnitud se usen en ambientes urbanos se entiende, pero no es su rol principal. Y ojo que se montó una operación de alrededor de 20 aeronaves; creo que eso es más de lo que la FACH dedicó a sofocar la sublevación de la Armada!
Y no es necesario COMPRAR estos aviones, es sólo un tema de decisión política y económica de arrendar aviones de mayores capacidades.
Además, hay que recordar que (es irónico, pero cierto), ya no estamos en la temporada de incendios forestales. Estamos ante un año seco, sí, pero excepcional; la mayoría de los aviones de mayor tamaño arrendados ya habrían partido hace más o menos dos semanas a mantenimiento para prepararlos para la temporada de incendios del hemisferio norte. Triste pero cierto.
Muchas gracias por el comentario por parte del último lector. Pero es necesario precisar que no me he referido a las compras hechas por otras instituciones del Estado que se indican en los comentarios realizados por los lectores.
En la nota sólo se hace referencia a las compras anteriores realizadas a través del Ministerio de Agricultura y a la cita correspondiente a la empresa Parragué S.A. en relación a CONAF.
Cordialmente,
Ricardo J. Delpiano
Las miles de hectáreas de bosques nativos y comerciales, consumidas anualmente, hacen necesario, con urgencia, una reacción del gobierno. El año 2014, 8 mil porteños se quedaron sin hogar,la demora en frenar los siniestros permitió el desastre. Que espera el gobierno? Compren los aviones que sean multipropósito, las ffaa anualmente pasan a retiro por la estructura piramidal, a varios pilotos entre los 48 y 52 años, creen el sistema y denle tranquilidad a la población.
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