Por Ricardo J. Delpiano
Foto: Rodrigo Vildósola |
A partir del 4 de septiembre, American Airlines incrementará la capacidad en la ruta Dallas Ft. Worth – Santiago con la colocación del Boeing 777-200ER en reemplazo del B767-300ER encargado de realizar tradicionalmente la operación.
De esta forma, la aerolínea busca repetir la operación que realizó entre octubre 2013 y marzo 2014, pero ahora con una mayor duración en el tiempo, al menos hasta mediados de 2015, ampliando así su oferta entre Estados Unidos y Chile. Al igual que en el periodo anterior, American colocará el B777-200ER tres días a la semana (lunes, jueves y sábado, saliendo desde Dallas Ft. Worth) manteniendo el B767 el resto de los días. Sólo a partir de diciembre, la compañía asignará al B777 en forma diaria.
Para esta oportunidad, American Airlines no contempla la comercialización del producto First Class ya que utilizará los B777-200ER reconfigurados con nuevas cabinas en Business y Economy Class. Cabe recordar que el retrofit de estos aviones, considera la eliminación del producto First (reservado sólo para los B777-300ER), para potenciar los otros dos servicios con un producto superior.
Entre las mejoras incorporadas a los B777-200ER, están nuevos asientos en Business Class de 1,94 metros de largo, ajustables y reclinables en 180° grados, además de disponer acceso directo al pasillo para cada silla. La propuesta de American es ofrecer una experiencia personalizada y privada a bordo. Además, se introducen 45 plazas en Economy denominada Main Cabin Extra, con asientos que poseen 15 cm adicionales de espacio entre filas.
En cada una de las cabinas, se ofrece mayor conectividad con conexión Wi Fi en vuelos internacionales, un renovado entretenimiento a bordo y mejor iluminación con la colocación del sistema mood lighting.
Esta será la segunda ocasión que American decide aumentar la oferta a Chile en menos de doce meses. Algunos factores que permiten entender este crecimiento están un escenario más auspicioso por el crecimiento de la economía chilena durante los últimos años y el potencial que puede entregar la inclusión de Chile en el Programa de Exención de Visas de los Estados Unidos (U.S. Visa Waiver Program). Adicionalmente, aspectos como la reorganización de la flota internacional y la operación invernal en el hemisferio norte, constituyen factores que influyen en la decisión.
Sin embargo, para esta ocasión American tendrá un desafío mayor: un escenario más incierto en el país con menores proyecciones de crecimiento que años anteriores y atender el reingreso de United a Santiago, lo que supondrá una fuerte competencia entre los hubs de Dallas Ft. Worth y Houston Intercontinental.
En ese sentido, una presencia continuada en Chile, con una explotación permanente de Dallas como destino y centro de conexión, sumado a las mejoras en operaciones y servicios, entregan a American una perspectiva más favorable frente a la que será su competidora más directa.
En los últimos años, American Airlines ha venido trabajando en el reforzamiento de sus operaciones latinoamericanas en Dallas Ft. Worth, con el fin de potenciarlo como nuevo centro de conexiones. Sin descuidar la operación doméstica, el mercado asiático sigue siendo uno de los principales focos a los que quiere apuntar la aerolínea, especialmente ahora, con el incremento gradual en el número de destinos en esa región, como Hong Kong y Shanghai.
Considerando una similar estrategia por parte de United, el reforzamiento del hub Dallas con el mercado chileno –ya sea a través de más capacidad por vuelo o aumento de frecuencias- resulta esencial para la mantención del liderazgo de American en ese mercado.
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