Por Ricardo J. Delpiano
Foto: Alejandro Ruiz |
Pese a que el proceso de licitación del aeropuerto Arturo Merino Benítez está en marcha, la adjudicación de las obras y posterior administración del futuro terminal no llegará hasta febrero de 2015, luego de que el Ministerio de Obras Públicas (MOP) decidiera extender el periodo para la recepción de las ofertas técnicas y económicas.
La decisión fue adoptada por la preocupación mostrada por los interesados en participar del proceso, ya que consideraban como breve el plazo de 90 días para reunir el presupuesto y una propuesta con los debidos fundamentos técnicos. Para el MOP la extensión en el plazo de licitación debiera permitir una mejor competencia con mayores beneficios para los pasajeros y para el mismo Estado.
Con la extensión del plazo para presentar las ofertas, la adjudicación de la concesión de Arturo Merino Benítez tendrá un retraso de más de un año si se considera el plazo autoimpuesto por la administración de Sebastián Piñera.
El gobierno anterior pretendía tener lista la licitación antes de que finalizara el 2013, pero la decisión de cambiar el modelo de concesión y las diferencias surgidas con la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) retrasaron el proceso. A pocos meses de asumir, el nuevo gobierno de Michelle Bachelet decidió retirar las bases de licitación de la Contraloría con objeto de revisarlas e incluir mejoras, las que sólo fueron aprobadas durante la segunda quincena de junio.
Según consta en El Mercurio (30/06/2014), el gobierno actual ha realizado tres modificaciones: eliminación de la obligación de un certificado de conducta aeronáutica entregado por la autoridad aérea del país donde el oferente opere; desaparición del requisito de realizar encuestas de satisfacción para acreditar prestigio y la inclusión de una cláusula para construir los corredores y paraderos destinados para el transporte público.
Las dos primeras modificaciones pueden representar un retroceso respecto a la situación actual, especialmente en lo que respecta a la calidad de la prestación de los servicios a los usuarios y en la fiscalización correspondiente en este aspecto. La tercera modificación, puede considerarse como una oportunidad para desarrollar una infraestructura armoniosa entre el sistema de transporte público y la funcionalidad del aeropuerto.
Para la industria de la aviación, el tema puede generar también preocupaciones, considerando la situación actual de la infraestructura aeroportuaria en la región. En América Latina, la mayoría de las privatizaciones de aeropuertos y aeródromos se han traducido más en un aumento de los costos, sin mejorar la eficiencia, la capacidad o calidad de los servicios. Estos aspectos constituyen limitantes para que la aviación pueda cumplir el rol que tiene e impiden a los operadores crecer.
Foto: Ricardo J. Delpiano |
Adicionalmente, se han indicado exigencias mínimas para el concesionario con umbrales críticos en ciertos aspectos: 95% en la disponibilidad de buses para embarque/desembarque; 99% en la operación de puentes de embarque; 99% en el funcionamiento de pantallas informativas de vuelos; funcionalidad y disponibilidad total en el manejo de equipajes de salidas y llegadas; 99,5% en la disponibilidad de energía eléctrica; 95% de funcionalidad para los enchufes de carga de dispositivos electrónicos; y una funcionalidad total de la calefacción y aire acondicionado para mantener una óptima climatización.
Mientras llega la nueva concesión y se inicien las obras de la Fase II, el actual terminal continuará funcionando con una capacidad de hasta 16 millones de pasajeros, luego de que se inauguren las obras actualmente en ejecución.
Las menores tasas de crecimiento en el tráfico aéreo en comparación a años anteriores, podrían entregar un cierto alivio a la actual y mejorada infraestructura pero que en el mediano plazo podrían volver a generar complicaciones, especialmente en el caso de existir catalizadores o un escenario más favorable que vuelva a impulsar el flujo de pasajeros.
4 comentarios:
Y nos seguimos quedando atrás! Ya no es este año sino 2015. Espero que no haya otro retraso porque el aeropuerto no da para más.
Concuerdo con el autor que la eliminación de requisitos como el certificado de conducta y la evaluación con encuestas de satisfacción son algo negativo y puede abrir la puerta para que cualquier empresa trucha se haga cargo del principal aeropuerto. Espero que no lleguemos a la realidad de Argentina, donde los concesionarios cobras y la infraestructura es pésima.
Tampoco es bueno que siempre las licitaciones queden en manos de los mismos grupos de siempre. Sobre el certificado de conducta y encuestas se puede encontrar otros mecanismos, no lo considero vital para el proyecto. Lo importante es que se contruira.
Estas decisiones siempre tienen una justificación detrás, que tiene mas que ver con temas políticos (favores) que cuestiones técnicas objetivas. Ya dijeron que iban a entrar otros grupos a "participar" de la licitación. Por eso se amplía el plazo y por eso se eliminan dos requisitos a los postulantes. Quien "gane" la licitación, es el nuevo grupo que entre en competencia.
Saludos,
Hace años que el Aeropuerto necesita una expansión urgente, y siguen extendiendo los plazos. Por lo que parece, terminando la ampliación van a tener que empezar de inmediato otra, porque a esas alturas el tráfico de pasajeros va a ser considerablemente mayor, y el aeropuerto (nuevo) va a colapsar poco después (si es que no inmediatamente)de ser inaugurado.
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