Por Ricardo J. Delpiano
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Foto: Santiago Díaz |
Gracias al trabajo realizado por las líneas aéreas, hoy gran parte de la población utiliza este medio de transporte para viajar por Chile, de manera segura, confiable y cómoda, todo acompañado de una gran calidad de servicio.
Según el último barómetro de viajes de LAN, cada año aproximadamente 400.000 nuevos pasajeros se suben al avión. En el último año, el 36% de los pasajeros que viajaron por turismo son pasajeros nuevos y el 68% de los nuevos pasajeros tienen como ciudad de origen la ciudad de Santiago.
Un cambio en el modelo de negocios en las líneas aéreas, una mayor oferta en la cantidad de frecuencias y destinos, combinado con mayor accesibilidad y un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) chileno, explican este fenómeno.
A fines de 2006, LAN cambio por completo su modelo de negocios de corto alcance. Modificó su estructura de costos para generar un nuevo esquema tarifario, que significó una reducción importante de los precios de los pasajes. Lo anterior, sumado a un crecimiento importante de la red con más frecuencias a cada destino, nuevas rutas (como Chiloé por ejemplo), mejores horarios y oportunidades de conexión, constituyen el gran catalizador de lo que es la aviación comercial de hoy.
Como consecuencia directa, las personas comenzaron a ver al avión como un medio de transporte cercano y de fácil acceso, con el que podían trasladarse a cualquier extremo del país en un promedio de dos horas o ir una ciudad y volver el mismo día.
Paralelamente, una mayor accesibilidad contribuye también a impulsar esta realidad. Múltiples facilidades de pago y uso cada vez frecuente de la tecnología (páginas web, aplicaciones para teléfonos móviles), permiten que cualquier persona pueda adquirir un pasaje en avión u obtener su tarjeta de embarque prácticamente desde cualquier lugar con una conexión a internet. Para los próximos años, se espera un mayor avance en esa línea lo que incrementará la accesibilidad de la población al avión.
En una comparación práctica, viajar por avión en Chile resulta más sencillo que utilizar el transporte público de la ciudad de Santiago. El pasajero posee múltiples frecuencias a elegir para cada destino, puede adquirir su pasaje de cualquier lugar en forma rápida y cómoda desde el hogar, trabajo o calle, selecciona el medio de pago que más le conviene y puede llegar al aeropuerto con su tarjera de embarque para sólo subirse al avión y arribar a destino en forma segura y cómoda.
Lo cotidiano del transporte aéreo hace que Chile esté más conectado e integrado. El uso masivo del avión contribuye a acercar a las comunidades, genera nuevas oportunidades de negocios, especialmente en pequeños y medianos empresarios, dinamizando en su conjunto la economía del país.
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La tecnología garantiza un fácil acceso al avión. Foto: LAN / Grupo LATAM Airlines. |
LAN ha sido pionera en la creación de esta nueva realidad, tendencia a la que se han sumado en parte otras compañías. Lo sucedido en Chile, demuestra que las líneas aéreas pueden ser elementos catalizadores del desarrollo económico y social de los países.
No obstante, en el país existen desafíos pendientes que no dependen exclusivamente del sector y que deben ser asumidos en conjunto con los organismos del Estado en una especie de alianza público-privada.
Entre los temas más inmediatos que se deben atender están: establecer con urgencia un escenario propicio para un mayor crecimiento económico con el fin de conseguir incrementar la inversión, desarrollo de negocios y un PIB mayor de la población, elementos claves para impulsar el tráfico aéreo; y comprometer, con una visión de largo plazo, un desarrollo de la infraestructura aeroportuaria nacional, la que debe ser funcional en tiempos y necesidades de la industria.
Sólo mediante la atención simultánea de ambos aspectos, la aviación podrá continuar desempeñando su rol: unir a la gente.
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