Por Ricardo J. Delpiano
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Foto: Airbus |
Transaero desaparece después de 25 años dejando en la calle a más de 10.000 empleados y a una flota de 106 aviones. Ahora la compañía ingresa a un proceso de quiebra con deudas estimadas en $5,2 mil millones. Según las autoridades rusas, la suspensión de su certificado AOC respondió a las precarias condiciones económicas de la empresa las que ponía en peligro la seguridad de sus operaciones aéreas.
En septiembre, Aeroflot había mostrado su interés por adquirir Transaero a través de una fusión por compra del 75% del capital por un valor simbólico de un rublo. La intensión era integrar a las dos aerolíneas en una sola compañía y asumir los pasivos de la complicada aerolínea privada. Sin embargo, el fracaso en las negociaciones llevaron a Aeroflot a desistir de la compra/fusión dejando en caída libre a su antigua competidora.
En octubre, el ministro de Economía de Rusia, Alexei Ulyukayev, indicó que la quiebra era el único camino posible para Transaero. A principio de octubre, la aerolínea había detenido las ventas de los pasajes y los pasajeros habían comenzado a ser endosados a otras aerolíneas.
La quiebra de Transaero no sólo pone fin a una aerolínea, marca el término del mayor emprendimiento privado ruso post Guerra Fría. También es reflejo de la complicada situación que afecta a la industria del transporte aéreo de ese país, manifestada en la delicada situación de sus aerolíneas y a los recortes de capacidad que varios operadores internacionales han realizado en el mercado ruso como consecuencia de la débil demanda, la crisis económica rusa y las sanciones internacionales impuestas a este país por las acciones emprendidas contra Ucrania. La caída de los precios del petróleo han agravado aún más el escenario ruso, afectando el poder adquisitivo de la población –y con ello los viajes-, situación que se ha visto agravada por la devaluación del rublo.
Las autoridades rusas aseguran que los pasajeros “no se verán afectados” por la salida del mercado de Transaero ya que Aeroflot y las otras aerolíneas -como S7 o UTAir- asumirían las 156 rutas que mantenía. La situación provocará un significativo recorte de capacidad en vuelos domésticos y rutas internacionales, que ante esta situación podrá beneficiar a las otras compañías a consolidar sus números y resultados operacionales ante un escenario más desafiante a nivel local e internacional.
La situación en Rusia y la reorganización que se está dando en su mercado aéreo, se está sintiendo a nivel global. Los rusos están viajando menos afectando a mercados que se benefician del turismo estival de los rusos, como es el caso de la región del Caribe o el Mediterráneo, creando disponibilidad que pueden ser aprovechadas por viajeros de otras regiones a menor precio. Precisamente, uno de los segmentos objetivos de Transaero eran precisamente los vuelos chárter y vuelos regulares a destinos vacacionales.
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