Por Ricardo J. Delpiano
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Foto: Ricardo J. Delpiano |
Para ALTA, las líneas aéreas latinoamericanas son “un ejemplo global” ya que han conseguido una mejora de 3,5% anual en la eficiencia de combustible. El resultado es superior al objetivo de alcanzar una mejora de 1,5% fijado en 2010 y responde, principalmente, a la inversión en nuevos aviones. De acuerdo con el organismo, se han renovado más del 50,0% de las flotas en la última década, reduciendo con ello un 35,0% la edad promedio del parque de aeronaves. Actualmente, se calcula que el promedio de la flota de la región es de 8,5 años.
Entre las mejoras prácticas, destacan las aplicadas a las operaciones aéreas, como los rodajes con un solo motor en aeropuertos congestionados, menor uso de los reversores, optimización del uso de los APU y GPU, despegues y aterrizajes con menores puntos de flap en la medida de lo posible, la reducción de potencia en aeropuertos con pista longitud de pista suficiente y ubicados altitud bajo los 1.500 pies sobre el nivel del mar, entre otras.
“En conjunto con las autoridades de aviación civil y organizaciones de la industria, las compañías aéreas han desarrollado procedimientos PBN en varios países de la región, lo que permite volar trayectorias más directas, optimizar las operaciones de llegada, aproximación y salida de las aeronaves, reducir el consumo de combustible y las emisiones”, explica Juan Sarmiento, gerente de Medio Ambiente y Datos Económicos de ALTA.
La Asociación gremial hace una especial mención en el uso del PBN en la navegación aérea dado que permite volar más directo y hacer un uso más eficiente del espacio aéreo, lo que favorece en la reducción del consumo de combustible. Países como Chile y Perú han dado progresos significativos en este tema. A modo de ejemplo, destaca el caso del aeropuerto Cusco que, gracias a esta tecnología, ha visto incrementado el número de operaciones aéreas beneficiando la conectividad de las personas y la reducción de tiempos de viaje. LATAM es una de las compañías que se ha preocupado por impulsar e incorporar este tipo de navegación.
“En este momento más de 10 países de la región tienen en marcha un plan de implementación de PBN, lo cual es muy positivo”, comenta Luis Felipe de Oliveira, CEO de ALTA, al señalar el compromiso de la industria en reducir el impacto en el medio ambiente.
LATAM, uno de los miembros fundadores de ALTA, indica que en 2018 logra ahorrar más de 55 millones de galones en combustible lo que se traduce en una mejora de 17,0% en comparación con 2017. La mayor línea aérea de la región destaca que el valor representa un nivel de eficiencia superior en 7,9 puntos porcentuales a la media presentada por la industria.
LATAM, uno de los miembros fundadores de ALTA, indica que en 2018 logra ahorrar más de 55 millones de galones en combustible lo que se traduce en una mejora de 17,0% en comparación con 2017. La mayor línea aérea de la región destaca que el valor representa un nivel de eficiencia superior en 7,9 puntos porcentuales a la media presentada por la industria.
En 2010, las líneas aéreas a través de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) fija tres objetivos para mitigar el impacto ambiental en sus operaciones: 1) incrementar en 1,5% anual la eficiencia en el uso de combustible entre 2010 y 2020; 2) detener el crecimiento neto de emisiones de CO2 a partir de 2020; 3) reducir en un 50,0% para 2050 las emisiones de CO2 en comparación con niveles de 2005. Los objetivos deben ser alcanzados a través de cuatro pilares: inversión en tecnología; mejoramiento de la infraestructura, mejoras operacionales; y medidas económicas de mercado.
Para Oliveira, hay un potencial impresionante en la región para continuar mejorando la eficiencia en el consumo de combustible para conseguir una reducción de las emisiones en hasta un 80,0%. “En 2010, uno de nuestros miembros realizó un vuelo comercial utilizando combustible sustentable, una mezcla de 50% aceite de jatropha y 50% combustible tradicional. Esperamos que cada vez este tipo de combustibles sea más asequible y accesible”, dice.
En cuanto a las medidas de mercado, se destaca la contribución que se hace a través del Plan de Compensación y Reducción de Carbono para la Aviación Internacional (CORSIA, por sus siglas en inglés) mediante el cual los operadores aéreos vigilarán y registrarán su consumo de combustible de vuelos internacionales en conformidad con los métodos de vigilancia aprobados por el Estado. Este año se dio inicio a la fase de monitoreo, reporte y verificación y, en el mes de marzo, la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) aprueba los criterios de elección de los créditos de carbono de acuerdo con los cuales los programas de créditos de compensación.
Considerando las perspectivas de doblar el tráfico aéreo en la región en los próximos 10 años, la aviación hace un llamado a seguir adoptando nuevas tecnologías y definiendo mecanismos de operación más eficientes, además de continuar involucrando al resto de los actores en generar políticas y medidas favorables para reducir la contaminación. Tema central son, por ejemplo, las soluciones pendientes en el mejoramiento de la infraestructura de los aeropuertos e incremento de la eficiencia de los servicios de tránsito aéreo, ambos para reducir la congestión, considerando los crecimientos asimétricos que existen con el resto de la industria.
“El futuro está en apoyar el despliegue de combustibles sostenibles para la aviación y el uso de tecnologías de aeronaves y motores evolutivas e incluso revolucionarias, como por ejemplo el uso de aviones eléctricos”, agregan desde ALTA.
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